POESÍA de UNO: CRECÍ COMO PUDE




Crecí como pude al lado


de la estatua hasta alcanzar

su altura y mirarla a los ojos

que ni siquiera me miraban.



Y ella estaba allí.



Ella se alzó a sí misma en

el sitio de aquel crimen basto

antiguo como una roca

presente como un pálpito.



Y ella seguía allí.



Arrastraba conversaciones

como juguetes de cuerda

en el bosque de la memoria

alrededor de su pedestal.



Y ella se quedaba allí.



Vez hubo que estuve a punto de

pintarla una voz interior                                                             

me detuvo en el instante                                              

de aquel puro malentendido.



Y ella seguía ahí.



Asunto azul entre las tipas

sin ira mira el aura el aire

con esas ojeras que trae

vaya uno a saber de qué noche.



Y ella inmóvil allí.



Un incendio de voces allá

amanece acá y no cambiarán

los equinoccios su latencia

equinoccial que mora aquí.



Y ella quedaba allí.



Esas nubes en desventaja

evanescencias en círculo

envidian el verde musgo

que sube de los pies despiertos.



Y ella queda allí.



Erudita en verdes azules

no es didáctica solo hermosa

su inmovilidad es jactancia

de alas almas inmortales.



Y ella continúa aquí.



Mi amor es notable en la tarde

el suyo nada dice nunca

ni me mira a la mañana

ni me dice que ahora me ama.



Y ella sigue allí.



No me acerco más temo quedar

allí marmolado derroche

frío de sus ojos pétreos

sus pestañas queman la noche.



Y ella mora en luna.



Lejana mata el tiempo muerto

lejos de cualquier fotografía

cercana a su agua blanca

invisible de nenúfares.



Hic et nunc.

Tan cerca

tan lejos de mí.

Ahí.

(Jardín Botánico. CABA. 2014-2016)


                                              Ondina del Jardín Botánico de la CABA,2016



De Quedan voces en los oídos de la estatua, en Quedan voces, Buenos Aires, Ediciones en Danza, 2016


























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