ENSAYO de UNO: JOAQUÍN O. GIANNUZZI


PERIODISMO y LITERATURA



Entrevista con JOAQUÍN O. GIANNUZZI (Argentina, 1924-2004)







 El periodismo mira, la poesía ve





Buenos Aires, 9 de agosto de 1994 (Télam, por Víctor Pesce).El poeta Joaquín O. Giannuzzi (Buenos Aires, 1924) acredita una experiencia de más de treinta años en el periodismo. Trabajó en Crítica, en la revista Así y en el diario Crónica.

              Giannuzzi obtuvo,entre otros, el Premio Fondo Nacional de las Artes, el Primer Premio Municipal de Buenos Aires y el Premio Nacional de Poesía. Nuestros días mortales, Las condiciones de la época,Señales de una causa personal, Violín obligado y  Cabeza final son algunos de sus títulos.



               -¿Cómo se inició en el periodismo?¿En qué medios? ¿Qué noticias cubría?

               -Yo estudiaba Ingeniería, carrera que abandoné tal vez por falta de vocación.Entonces un amigo,Luis Alberto Murray,con quien nos vinculaba la poesía,me lleva a Crítica, en los inicios de 1951.Trabajé en Crítica hasta su cierre, en octubre de 1963.Pero ya en la agonía de Crítica comencé a trabajar en Así y después en Crónica.Yo hacía el llamado periodismo de calle: todas las secciones, salvo deportes y espectáculos.Mi maestro en Crítica fue el decano de los cronistas policiales,Germán G. González, el legendario G.G.G.

               Me acuerdo de haber cubierto situaciones clave de la época,como el episodio político-militar entre Azules y Colorados, o el famoso caso Penjerek.Luego me quedé en Así, fui secretario de redacción de la revista hasta el Rodrigazo.Volví entonces a Crónica hasta mediados de la década del ‘80, que fue cuando me jubilé.Posteriormente , comenté libros de poesía en Clarín.



                -¿Recuerda otros escritores que trabajaran como periodistas? ¿Otros poetas?

                -La redacción de Crítica era una redacción de lujo.Estaban Horacio Rega Molina,Ernesto Giudice,Héctor Agosti,Rodolfo Puiggrós,Tulio Carella,Roland, Luis Alberto Murray,Carlos Selva Andrade, en fin…Botana había sido muy vivo al incorporar,entre otros, a emigrados de la Guerra Civil Española.También recuerdo al poeta Leónidas Lamborghini,al que conozco de la época del colegio.Yo mismo acerqué a la revista Así a escritores como Rodolfo Ortega Peña, Juan José Sebreli y Bernardo Kordon.



              -¿Recuerdos del oficio,reivindicaciones gremiales, anécdotas…?

              -Hasta los ’30 y tantos se luchaba por horarios de trabajo,por ejemplo alrededor de las ediciones quinta y sexta.El periodista,sobre todo el de diario (no así el de revista, que tiene más tiempo) vive en una situación de stress,provocada por el apuro del cierre.Hay un constante riesgo de infarto.De hecho, yo he visto morir gente sobre la máquina de escribir.

              Ahora, el periodismo te enseña,primero,la obligación de mirar y no de ver.La obligación de mirar objetivamente y registrar lo mirado con un lenguaje transparente, a medio camino entre el lenguaje erudito y el coloquial, claro que con los matices propios de la publicación.El periodismo escribe textos para todo el mundo.

              Segundo, te enseña a registrar cada hecho en su espectacularidad, en torno al dónde, el cuándo y el cómo.Teniendo en cuenta esto, “la amenidad de la vida” depende del periodismo.El periodismo puede ser definido como el contacto directo con el drama desnudo de la existencia: un obispo y al otro día un estrangulador.Ofrece todos los matices de la comedia humana y te mete de cabeza en la entraña llameante de la historia.



               En su caso, ¿cómo ha sido la relación del poeta con el periodista?¿Ha habido influencias recíprocas entre la redacción de la nota y la del poema,o son tiempos de escritura notablemente diferenciados?

               La poesía y el periodismo no son términos distintos, ni opuestos, ni incompatibles; son irreductibles.El periodismo supone, como ya dije, mirar; la poesía, ver, que es una operación más profunda.El ver trasciende la experiencia visual explícita.

               Son dos universos.Hay una diferencia obvia en el manejo del lenguaje.El periodismo persigue la comunicación inmediata,tiene su propio ritmo.Personalmente, la música ruidosa de las redacciones de antes,al revés de las actuales,donde impera el murmullo o el susurro,no me molestaba para escribir poemas.Buena parte de mis libros fue escrita en esas redacciones.

               Además, los dos oficios deben producir objetos bien hechos.En ese sentido, el periodismo para mí era un trabajo gustoso.



               ¿Puede ser que en algunos poemas haya trabajado la noticia periodística de otro modo,como iluminando aspectos que el periodismo deja atrás? Pienso en poemas como “Crimen en el barrio”, “Noticias”, “Accidente aéreo” o “Informe policial”.

               -Es posible la influencia del periodismo en mi poesía.En estos caminos paralelos están las mismas obsesiones temáticas.En cuanto al tono conversacional de mis poemas, es un misterio, o pertenece a una zona de registro muy personal donde hay coincidencias.

               Mi poesía también arranca de una mirada objetiva.El hecho policial,el accidente,la explosión de las pasiones humanas,como temas a los que se aplica la poesía,revelan la importancia,el papel que tiene para mí el sentido de lo fortuito en el drama de las relaciones humanas.Y el apartamiento de la abstracción revela la asunción de lo concreto,de lo cotidiano. (Télam).-



Poemas mencionados en la entrevista:



Crimen en el barrio



La policía se abrió paso

y procedió con pocas palabras.

El razonamiento conjeturaba que detrás de la puerta

algo había concluido.¿Qué podría agregarse

a la mujer con un balazo en la cabeza

y al hombre estupefacto

rechazando la realidad de su propia obra?

Sin embargo,nosotros esperábamos

en el último lugar que la lógica

hubiera elegido para esperar,

como espectadores que permanecen en el teatro

ya caído el telón y borrado el escenario.

Pensé en la tarde remota de la pareja.

Donde ahora había sangre

se amontonaron las dulces frases

con que todo empezó,un poco torpemente,

cuando ya mismo era tarde para quitarles el significado.

Ahora me pregunto qué hacemos aquí,

me pregunto por qué hay esperanza todavía,

en qué trama estamos aprisionados

cuando la fe se detuvo al comienzo del drama

y volvió codiciosa después del último acto.

No hay empresa terminada

en este oficio insensato que pide materia viviente

y emplea el amor,habitaciones,papeles,jardines,

para recuperar lo que la mente considera irrecuperable;

aunque el cáncer se instale entre el esposo y la esposa

y suene un revólver entre una mujer y un hombre.



En Las condiciones de la época (1967)



Noticias



Cuando la comedia humana se pone movida

los periódicos

abundan en golpes de estado,huelgas generales,

crímenes, bodas,insurrecciones y muertes terribles.

Del basurero de la historia no colman la medida.

Sin embargo,

¿quién consagró estos hechos?



Esta mañana el viento

golpeó en algunas ventanas.

Un hombre y un perro cruzaron la calle.

María reclinó la cabeza a las tres de la tarde.

Nadie contó sus verdades.



No hay sucesos pequeños.

En el taller de mi esquina,cuando amanecía,

Un obrero puso en marcha un motor.

Nadie habló de este gesto oscuro.

Pero a partir de entonces

infinitas cosas se pusieron a funcionar a causa suya.

Así,de simple y rico,

y tan fecundo hacia distintas direcciones

el menor movimiento de tu mano.



En Señales de una causa personal (1977)



Accidente aéreo



Leímos que el accidente aéreo se produjo

a causa de una falla del radar,cuando la niebla

devoraba esa noche el aeropuerto.

Aquí están los rostros en las fotografías

reproducidas  en frío de los desolados documentos personales.

Destinos resueltos en una conmoción instantánea

al final de una parábola

cuyo curso no entró en los cálculos;

paralizados por un error

no previsto en la materia irresponsable

no del todo dispuesta

a coincidir con nuestras convicciones,

o por falta de amor em una incierta sección del mecanismo.



En Señales de una causa personal (1977)



Informe policial



La escena se ha enfriado bajo un pesado desorden.

Hay un olor de flores descompuestas,

de cosas hace mucho paralizadas.¿Tenía

algún enemigo resuelto allá afuera?¿Una falla,

un coágulo en el pasado?En cada objeto

que perturbó la ráfaga del escándalo

hay una especie de venganza inmóvil,

una avaricia que no entrega su testimonio.

Aplastado a la alfombra,mortecino

y seco,el reguero de sangre,

sordomudo y aislando una verdad,expone una cuerda rota

en el drama de las relaciones humanas.

La mente profesional desanda el tiempo

y la estructura de los hechos

porque estas cosas ya habían sucedido:

así que nadie oyó nada cuando la pistola

simplificó la contradicción y decidió el asunto.

Si queda alguna pregunta,un rastro digital

técnicamente apto, por ejemplo,

un texto escrito en el tejido oscuro, una muesca reciente

en superficies que se han vuelto ambiguas

los molerá la lógica hasta filtrar el pus.

Por ahora se apagan las luces

para que el muerto cierre sus perforaciones,

bulto ciego girado sobre el secreto.

Afuera el aire es clamoroso, en el sol de los días que siguen

una culpa sólidamente encarnada

circula de azul vestida,estrecha manos

y no huele a nada en especial.



En Violín obligado (1984)





NOTA:



Se ha consultado también la Poesía completa.Edición y prólogo de Jorge Fondebrider.Sevilla,Fundación BBVA,2008.Se ha constatado allí que ni en el prólogo ni en la contratapa se habla de la experiencia de Joaquín O. Giannuzzi como cronista policial en la revista Así o el diario Crónica.Al contrario, en la contratapa se lee que “ejerció el periodismo y la crítica literaria en diversos medios como la revista Sur y los diarios La Nación y Clarín”. Que el lector haga su trabajo.



Víctor Miguel Pesce, CABA, jueves 11 de enero de 2018.






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